El Mulla Nasrudin fue a visitar a un doctor y dijo:
-¡Haga algo! Me está poniendo nervioso. Mi mujer habla demasiado por la noche.
De manera que el doctor contestó:
-¿Dónde está tu mujer? Tráela, haré algo.
-No me entiende -dijo el Mulla Nasrudin-. A ella no hay que hacerle nada. Hágame algo a mí para que pueda permanecer despierto, es tan interesante.
De manera que el doctor contestó:
-¿Dónde está tu mujer? Tráela, haré algo.
-No me entiende -dijo el Mulla Nasrudin-. A ella no hay que hacerle nada. Hágame algo a mí para que pueda permanecer despierto, es tan interesante.
Me quedo dormido... y ella está hablando, y es tan interesante. Dice unas cosas tan bonitas y revela unas cosas tan bonitas; nunca habla así cuando está despierta.
Cuando está despierta dice naderías. Así que deme algo para que pueda permanecer despierto y pueda escucharla.
Si observas a la gente, verás que se pasan toda la noche hablando, hablan continuamente.
Si observas a la gente, verás que se pasan toda la noche hablando, hablan continuamente.
Su boca se mueve, producen sonidos y hacen toda suerte de cosas.
Si se obstaculiza un polo de energía, entonces el otro empieza, porque la energía tiene que ser liberada de alguna manera.
No puedes retenerla.
Es como si comes e impides la defecación:
¿Qué ocurre?
Tienes que vomitar, no hay otro modo, porque si comes entonces las cosas tienen que ser vomitadas.
Si no utilizas el sexo como válvula de escape, entonces tienes que encontrar otra forma de desahogarte.
OSHO