jueves, 21 de enero de 2010

¿QUÉ VAS A HACER?

He leído una cosa:
El viejo Ted llevaba varias horas sentado a la orilla del río sin que picaran los peces.
Entre las botellas de cerveza y el calor del sol se quedó dormido, así que no estaba en condiciones cuando un pez mordió el anzuelo, tiró del sedal y lo despertó.
Ted perdió el equilibrio y se cayó al río.
Un niño había observado atentamente lo que pasaba. Mientras el hombre se debatía, intentando salir del agua, le preguntó a su padre:

«Papá, ¿ese hombre está pescando un pez o el pez está pescando al hombre?».
El ser humano se ha vuelto completamente loco.

El pez te está atrapando y arrastrándote; tú no estás atrapando el pez.

En cuanto ves dinero, dejas de ser tú mismo.

En cuanto ves poder, prestigio, dejas de ser tú mismo. En cuanto ves respetabilidad, dejas de ser tú mismo.
Te olvidas inmediatamente de todo, te olvidas de los valores intrínsecos de tu vida, tu felicidad, tu alegría, tu gozo.


Siempre eliges algo del exterior y lo intercambias con algo del interior.

Ganas lo exterior y pierdes lo interior.
Pero


¿QUÉ VAS A HACER?


Incluso si tienes el mundo entero a tus pies pero te has perdido a ti mismo, incluso si has conquistado todas las riquezas del mundo y has perdido tu tesoro interior,


¿QUÉ VAS A HACER CON TODAS TUS RIQUEZAS?


¡¡¡ESO ES LA INFELICIDAD!!!


Si tienes que aprender algo, es a estar alerta, a ser consciente de tus motivaciones internas, de tu destino interior.

Nunca lo pierdas de vista, o serás desgraciado.

Y cuando seas desdichado, la gente te dirá:


«Medita y serás feliz».

Te dirán:

«Reza y serás feliz; ve al templo, sé religioso, hazte cristiano o hindú y serás feliz».


Tonterías. Sé feliz, y después vendrá la meditación.


Sé feliz, y la religiosidad vendrá después.


La felicidad es la condición fundamental.


Pero las personas sólo se hacen religiosas cuando son desdichadas; entonces la religión es "seudorreligión". Intenta comprender por qué eres desdichado.

Muchas personas vienen a mí y me cuentan que son desdichadas y quieren que les enseñe a meditar.

Yo digo que lo primero es comprender por qué se es desdichado.


Si no eliminas esas causas básicas de tu infelicidad, podrás meditar, pero no te ayudará mucho, porque las causas básicas seguirán ahí.

OSHO

miércoles, 6 de enero de 2010

EL AMOR... UN ESTADO RELIGIOSO DE CONCIENCIA-OSHO


Millones de personas han decidido no volver a amar a seres humanos.

Es mejor amar a un perro, a un gato, a un loro, es mejor amar un coche, porque puedes dominarlos bien, y nunca tratan de dominarte a ti.

Es sencillo; no es tan complicado como tratar de es­tar con seres humanos.

En un cóctel, la anfitriona no pudo evitar oír por casualidad la conversación de un amable caballero.
Oh, la adoro, la venero —declaró el caballero.
Yo también la adoraría si fuera mía —asintió su amigo.
Su manera de andar y de moverse. Sus hermosos grandes ojos castaños, su cabeza tan orgullosa y erguida...
Eres muy afortunado —comentó su amigo.

¿Y sabes lo que me fascina realmente?

La manera en que me mordisquea la oreja.
Señor —interrumpió la anfitriona—.

No he podido evitar oír esas palabras tan cariñosas.

En estos tiempos con tantísimos di­vorcios, admiro a un hombre que ama tan apasionadamente a su esposa.
¿Mi esposa? —dijo el caballero, sorprendido—.

No, ¡mi yegüa ganadora en las carreras!

La gente se está enamorando de caballos, perros, animales,

má­quinas, cosas.

¿Por qué?

Porque estar enamorado de seres huma­nos se ha vuelto un completo infierno, un conflicto continuo, car­gado de críticas, siempre por el cuello del otro.
Esta es la forma más baja de amor. No hay nada de malo en ella si puedes usarla como trampolín, si puedes usarla como una meditación. Si puedes observarla, si tratas de comprenderla, en esa comprensión misma llegarás a otro peldaño, empezarás a elevarte.
Sólo en la cima más alta, cuando el amor ya no es una rela­ción, cuando el amor se vuelve un estado de tu ser, el loto se abre totalmente y desprende un gran perfume, pero sólo en la cima más alta.

En su punto más bajo, el amor es tan sólo una relación política.

En su punto más elevado, el amor es un estado religioso de conciencia.
OSHO