domingo, 27 de mayo de 2012

"Ser un sannyasin significa renunciar a todo lo falso."-OSHO

Oí esto una vez: una tarde, un hombre telefonea a su esposa y le dice:
-Ha llegado uno de mis amigos y lo traeré a cenar esta noche.
-Estúpido, sabes muy bien que la cocinera se marchó, que al bebé le están saliendo los dientes y que estoy con fiebre desde hace tres días —grita la mujer.
El hombre le responde, muy tranquilo.
 -Bien lo sé. Por eso invito a mi amigo, el estúpido está pensando en casarse.
La vida toda se ha convertido en una institución, un manicomio en el que se deben cumplir deberes, no amar; en el que uno debe comportarse, no ser espontáneo; en el cual hay que seguir un patrón predeterminado, no a la abundancia de la vida y la energía. Por eso la mente piensa y decide todo, porque existe el peligro.
 Llamo sannyasin a quien escapa a estas instituciones y vive espontáneamente. Ser un sannyasin es el acto más valeroso que pueda concebirse. Ser sannyasin es vivir sin mente, y vivir sin mente es vivir sin sociedad. La mente ha creado la sociedad y la sociedad ha creado la mente; son interdependientes.
Ser un sannyasin significa renunciar a todo lo falso.
No renunciar al mundo, sino renunciar a todo lo falso, renunciar a todo lo no auténtico, renunciar a todas las contestaciones y responder, responder de forma espontánea; no pensar en los resultados, sino ser real.
Es difícil...porque es mucho lo que llevan invertido en la falsedad, las máscaras, los rostros, los juegos que siguen jugando.
 Ser iniciado como sannyasin significa que ahora procurarás ser auténtico; sean cuales sean las consecuencias, las aceptarás y vivirás en el presente. Este momento será la totalidad de tu ser; nunca te moverás premeditadamente.
Eso es el sannyas.
Patear la jarra y marcharse sin esperar los resultados.
Los resultados se ocuparán de sí mismos, te seguirán.
OSHO

sábado, 7 de abril de 2012

"La gente busca excusas, una tras otra, pero en realidad es que se aburren." OSHO


Hymie Goldberg llevaba veinte años comiendo en el mismo restaurante, y todos los días, invariablemente, tomaba sopa de pollo, pero un día llamó al camarero después de que le hubiera servido la sopa.
—Dígame, señor Goldberg —dijo el camarero.
—Haga el favor de probar esta sopa —dijo Hymie.
El camarero se quedó atónito.
—¿Cómo que pruebe la sopa? Lleva usted veinte años tomando esta sopa de pollo, todos los días. ¿Ha cambiado alguna vez?
Hymie no hizo caso al camarero.
—Pruebe la sopa —insistió.
—Pero ¿qué le pasa, señor Goldberg? —exclamó el camarero—. Sé a qué sabe la sopa de pollo.
—¡Pruebe la sopa! —gritó Hymie.
—Vale, vale —dijo el camarero—. ¿Dónde está la cuchara?
—¡Ajajá! —exclamó Hymie.

No estaba aburrido de la sopa; es que no tenía cuchara.


En primer lugar hártate de tus pasiones; es demasiado pronto para ser observador. Y cuando te hartes de tus pasiones y tus aventuras, verás que desaparecen la ira, los celos y la codicia.
 Entonces será el momento, el momento adecuado para iniciar la aventura definitiva de ser el observador, el meditador, el testigo.
En primer lugar, sigue jugando con tus juguetes. En la vida de todo niño llega un momento en el que deja a un lado los juguetes y se olvida de ellos.
En la vida de todo hombre o mujer inteligente también llega el momento en el que se harta de los juguetes de la vida cotidiana, a los que incluso los animales tienen acceso.
Y entonces surge la necesidad de superar a los animales, de superar la sociedad humana, de preguntarse por la fuente misma de la vida, de la propia consciencia.
Entonces habrás penetrado en un misterio interminable.
Jamás te aburrirás... y lo digo con absoluta certeza, porque yo no hablo sobre ello, sino que estoy dentro de ello, formo parte de ello.
 No me he aburrido ni un solo momento en toda mi vida.
Pero no voy a decirte que te creas lo que digo. Solo puedo aconsejarte que vayas paso a paso, de modo que un día también tú puedas experimentar esa inmensa bendición.
Es un derecho inalienable.
OSHO