El mulá Nasrudín siempre hablaba en términos negativos, así que le dije:
-Sea más positivo.
-Sea más positivo.
¿Por qué ver la vida desde una óptica tan negativa?
Así solo encontrará espinas y no flores.
-De acuerdo, a partir de ahora seré siempre positivo, lo convertiré en mi regla cotidiana.
Al día siguiente su esposa fue de compras al mercado y le pidió que cuidase a los niños. Cuando regresó a casa, la mujer notó inmediatamente que algo no iba bien. Toda la casa parecía triste, los niños no correteaban de aquí para allá; no había ruido. Se asustó. Y entonces miró a Nasrudín, que se hallaba sentado en la puerta y de repente supo que algo había ido mal.
Asustada, le dijo:
-Nasrudín, no me digas nada malo, solo cuéntame lo bueno.
-He hecho el voto de no ser negativo, así que no tienes que recordármelo.
¿Sabes nuestros siete hijos? ...Pues seis de ellos no fueron atropellados por un autobús.
¡Eso era ser positivo para él! Podéis cambiar las palabras, pero interiormente todo seguirá igual. Podéis cambiar el comportamiento, pero interiormente todo seguirá igual.
¡Eso era ser positivo para él! Podéis cambiar las palabras, pero interiormente todo seguirá igual. Podéis cambiar el comportamiento, pero interiormente todo seguirá igual.
Lo que de verdad importa es cómo cambiar vuestro ser, no vuestro comportamiento, ni vuestras palabras, ni vuestra ropa, sino cómo cambiar el ser.
Un hombre amante de las reglas se cambia por fuera.
Un hombre de comprensión se cambia a sí mismo, y luego la periferia cambia automáticamente. Cuando el centro cambia, la periferia lo hace de manera automática; debe hacerlo.
Pero cuando la periferia cambia, no necesariamente se verá acompañada por el centro.
¿Qué consiguen las reglas?
Pueden deciros qué hacer y qué no hacer, pero no pueden cambiaros; sólo pueden cambiar vuestras acciones, y las acciones no sois vosotros. Las acciones provienen de vosotros, pero vosotros sois algo más profundo que vuestras acciones.
Las reglas pueden cambiar vuestro comportamiento –el comportamiento es vuestra relación con los demás-, pero no pueden cambiaros a vosotros.
Solo sois vosotros en total soledad; no en relación.
OSHO