La mente no puede vivir en el eterno ahora.
La mente quiere cambios, espera y espera contra toda esperanza. La situación en sí es desesperada, pero la mente sigue esperando.
He oído que:
Mulla Nasrudin estuvo muchos años sin trabajo porque quería ser actor y no tenía talento para ello. Pero cada día, religiosamente, iba a ver a su representante.
He oído que:
Mulla Nasrudin estuvo muchos años sin trabajo porque quería ser actor y no tenía talento para ello. Pero cada día, religiosamente, iba a ver a su representante.
Llamaba a la puerta muy esperanzado, entraba en la oficina y preguntaba:
«¿Hay algo nuevo? ¿Has conseguido algo para mí?».
Y el representante siempre le respondía lo mismo:
«Nada, por el momento no hay nada».
Pasaron los días, los meses y los años, y la llamada de Nasrudin se convirtió en una rutina. En cualquier época del año, hiciera el tiempo que hiciera, bueno o malo, su representante estaba seguro de que Nasrudin aparecería. Y volvería, lleno de esperanza, a preguntar de nuevo, y el hombre volvería a responderle lo mismo:
«Nasrudin, no he conseguido nada, no te he encontrado nada».
Un día la llamada sonó diferente, un poco más triste, y cuando Mulla entró, hasta su representante se sorprendió, y pensó:
«¿Por qué estará tan triste hoy?».
Mulla dijo:
«Escucha, durante las dos semanas siguientes no me comprometas con nadie, me voy de vacaciones».
Así es como funciona la mente: sigue esperando,
¡Y no sólo durante varios años, sino durante varias vidas!
Una y otra vez llamas a la misma puerta con la misma insistencia y la misma pregunta, y la respuesta siempre es no.
¿Qué otra cosa has conseguido a través de la mente excepto noes?
El sí nunca ha llegado de esta forma, no puede. La mente es un esfuerzo inútil. Es como un desierto, nada crece en él, nada puede crecer.
El sí nunca ha llegado de esta forma, no puede. La mente es un esfuerzo inútil. Es como un desierto, nada crece en él, nada puede crecer.
Pero ella sigue esperando.
Hasta el desierto sueña; y sueña con jardines maravillosos, con ríos que fluyen, con arroyos y cascadas.
Hasta el desierto sueña..., y ese es el sueño de la mente.
Uno tiene que estar atento.
No hay necesidad de perder más tiempo; no hay necesidad de llamar a la puerta de ningún representante.
Ya has vivido lo suficiente con la mente. No has conseguido nada a través de ella.
¿No ha llegado ya el momento de estar atento y consciente?
Lo que has conseguido ha sido mucho sufrimiento, desdicha, angustia y frustración; si a eso lo llamas conseguir algo, entonces todo va bien. Siempre que te mueves con la mente algo va mal, porque la mente es el mecanismo de lo erróneo.
Observa: siempre hay algo que va mal.
Osho