Una solterona frustrada se convirtió en la pesadilla de la policía. No hacía más que llamar para decir que había un hombre debajo de su cama. Al final, la llevaron a un psiquiátrico donde le recetaron las últimas medicinas, y al cabo de unas semanas el doctor pasó a entrevistarla y ver si se había curado.
—Señora Adelaida —le preguntó el doctor—
¿sigue viendo a un hombre debajo de su cama?
¡!! YA NO ¡!! —contestó—
Pero cuando el doctor estaba a punto de firmarle el alta, ella añadió:
«AHORA VEO DOS»
El doctor le dijo al personal del hospital que sólo había un tipo de inyección que podía curar su problema, al cual él denominaba…
«VIRGINIDAD MALIGNA»
Sugirió que la instalaran en su habitación junto con Marcial, el carpintero del hospital.
Localizaron a Marcial; le dijeron cuál era el problema de la mujer, y que le encerrarían con ella durante una hora. El dijo que no llevaría tanto tiempo. Un grupo ansioso se congregó alrededor de la habitación... Oían:
¡!! OOOOH, PARE ¡!! ¡Mamá nunca me lo perdonaría!
¡!! DEEEEJE DE GRITAR ¡!!
es algo que alguna vez hay que hacer. Lo tenía que haber hecho hace muchos años.
¡!! ENTONCES HÁGALO A LA FUERZA, BESTIA ¡!!
—Es como lo habría hecho su marido en el caso de que hubiera tenido uno.
Los médicos no pudieron resistir y entraron.
¡!! YA LA HE CURADO ¡!! —dijo el carpintero.
¡!! ME HA CURADO ¡!! —dijo la señora Adelaida.
Había serrado las patas de la cama.
A VECES LA CURA ES MUY SIMPLE
Pero sigues haciendo mil cosas. El carpintero hizo bien: ¡bastaba tan sólo con serrar las patas de la cama!
¿Dónde se iba a esconder el hombre ahora?
OSHO