Oí hablar de un hombre que se pasó toda la vida buscando una mujer perfecta; pero al final tuvo que morir soltero. Cuando se estaba muriendo, alguien le preguntó:
—¿Cómo es que, habiendo estado toda tu vida buscando una esposa perfecta, no hayas encontrado ni una sola que lo fuera?
—¿Quién te ha dicho que no la haya encontrado? -replicó él-, me he cruzado muchas veces con una mujer perfecta.
—¿Y qué pasó? -preguntó acto seguido el interrogador-, ¿por qué no te casaste con ella?
—¡Porque ella también iba buscando un hombre perfecto! -respondió él.
OSHO
No hay comentarios:
Publicar un comentario