martes, 3 de junio de 2008

No te doy reglas rígidas porque sé como funciona la mente humana.

Las religiones han sufrido muchísimo debido a esas gentes que han estado enseñando maneras de autotorturarse. La religión debe librarse de todo este disparate. A la religión se le ha adherido una gran cantidad de basura. La religión esencial no es sino gozar. De modo que todo lo que te produzca gozo es virtuoso; todo lo que te produzca tristeza, infelicidad o miseria es un pecado. Que ese sea tu criterio.

Y no te doy reglas rígidas porque sé como funciona la mente humana. Cuando se da una regla rígida uno se olvida de la cons­ciencia y comienza a seguir la regla rígida. No es cuestión de reglas rígidas; puedes seguir una regla y no crecer jamás.

Escucha algunas anécdotas:

Cuando Benny llega a su casa se encuentra con un montón de loza rota en la cocina.

-¿Qué ha pasado? -pregunta a su esposa.

-Algo anda mal con este libro de cocina -le explica ella.

Dice que para las medidas basta con una vieja taza sin asa y he tenido que hacer once intentos antes de poder arrancarle a una el asa sin romperla.

O sea que si el libro de cocina lo dice, hay que hacerlo. La mente humana es estúpida, recuérdalo. Cuando tienes una regla rígida la sigues.

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Cuando el gran hombre se encontraba con el populacho, lo que el gran hombre decía se hacía. Sonó el timbre de la mansión del gran hombre y el sirviente acudió a la puerta. Oteó por la mirilla y, reconociendo al visitante, le abrió la puerta.

-Deje su paraguas en la puerta - dijo el sirviente.

-No traigo paraguas -respondió el visitante.

-Entonces regrese a su casa y traiga uno o no podré dejarle pasar. El jefe me ha dicho que todo el mundo tiene que dejar su paraguas en la puerta.

Una regla es una regla.

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Era una cacería desesperada pero el coche de policía estaba ya a punto de alcanzar al de los ladrones de bancos cuando súbita­mente hizo un giro y entró en una gasolinera. Desde ahí el policía telefoneó a su jefe.

-¿Los atrapaste? -preguntó ansioso el jefe.

-Tuvieron suerte -replicó el policía-. Sólo un kilómetro más y los hubiera atrapado en la barrera, pero entonces me di cuen­ta de que habíamos llegado a los cinco mil kilómetros desde la última revisión y tuve que parar a cambiar el aceite.

¿Qué puedes hacer si hay que cambiar el aceite cada cinco mil kilómetros y los cinco mil kilómetros ya han pasado?

Pues cambiar el aceite primero de todo.

Yo nunca doy reglas rígidas porque sé lo estúpida que es y puede llegar a ser la mente humana. Yo simplemente doy una percepción, un sentido de la dirección. Comes demasiado porque eres inconsciente, no sabes lo que estás haciendo. Te pones celoso, te vuelves posesivo porque eres inconsciente y no sabes lo que haces. Te vuelves loco de ira, te pones casi como un poseso cuando estás iracundo, y haces cosas que ni sabes lo que haces.

Osho-"De la Medicaciòn a la Meditaciòn"

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