Para celebrar sus bodas de oro, Saul y Sylvia Shulman deciden repetir lo mismo que hicieron en su luna de miel. Van al mismo hotel y se alojan en la misma habitación. Sylvia se pone el mismo perfume y el mismo camisón. Exactamente igual a como hizo la primera noche de la luna de miel, Saul se va al cuarto de baño y Sylvia le oye reírse... exactamente como ocurrió cincuenta años atrás.
Así que cuando regresa, Sylvia dice:
-Cariño, es realmente hermoso: todo es igual. Puedo recordarlo como si hubiera sido ayer. Hace cincuenta años te fuiste al cuarto de baño y te reíste de la misma manera. En ese entonces no me atreví a preguntarte, pero ahora, dime: ¿por qué te reíste?
-Bueno, es por lo siguiente, cariño -dice Saul-. Esa noche, hace cincuenta años, cuando fui a hacer pis mojé el techo. ¡Y esta noche me he mojado los pies!
Sencillamente, sed inocentemente simples.
Este hombre debe de haber sido un hombre espontáneo. Dijo la verdad: no hay nada que ocultar al respecto. Pero la mayoría de vosotros no habéis osado decir la verdad. La verdad es muy simple; no necesita de adiestramiento, de ninguna preparación, no hace falta hacer deberes escolares. Sois quienes sois. Aceptadlo y, simplemente, exponedlo al mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario