martes, 1 de julio de 2008

¿Sabías que sólo un tres por ciento de las serpientes son venenosas?

Pero es corriente que un hombre se muera incluso por la mordedura de una serpiente no venenosa si cree que la serpiente puede matar a un hombre. Por este motivo, los mantras y los exorcismos también pueden servir para tratar una mordedura de serpiente. El canto de mantras y los exorcismos son, en otras palabras, seudotécnicas. Una serpiente venenosa muerde a un hombre. Lo único que hace falta es convencerlo de que el veneno de la serpiente ha sido anulado. Eso bastará: el veneno ya no tendrá ningún efecto. Es como si no hubiera habido ningún veneno. Y si la persona se convenciera plenamente de que lo había mordido una serpiente, se morirá. No se moriría por la mordedura de la serpiente, sino por la creencia de que lo había mordido una serpiente.


HE OÍDO CONTAR LO SIGUIENTE:
Una vez sucedió que un hombre pasó la noche en una posada. Cenó por la noche y a la mañana siguiente se puso en camino temprano. Un año más tarde llegó a la misma posada. EL posadero se sorprendió al verlo.
-¿Estás bien? –preguntó al viajero.
-Estoy bien. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
-Estábamos muy preocupados –dijo el posadero- Verás; la noche que pasaste aquí, cayó una serpiente en la olla y la guisaron con la comida que os sirvieron. Otras cuatro personas que comieron de aquella comida murieron poco después. No sabíamos lo que te había pasado, pues te marchaste muy de mañana. Estábamos muy preocupados por ti.
Cuando el viajero oyó esto, dijo:
-¿Cómo? ¡Una serpiente en mi comida!
Y cayó muerto. ¡Había pasado un año! Y se murió de miedo.

Osho

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