Ocurrió un día...
Mulla Nasruddin estaba sentado en su oficina esperando clientes. Por fin entró un hombre y Nasruddin ni siquiera le dio la oportunidad de decir una palabra. Sólo le indicó con la mano que se sentara, tomó el teléfono y comenzó a hablar de millones.
—¿Un millón de dólares? Bien, de acuerdo, lo acepto.
En ese momento, el hombre que acababa de entrar dijo:
—Espere un momento. Vengo de la compañía telefónica a conectar su teléfono.
El teléfono no estaba conectado; ¡esa compra de un millón de dólares era puro teatro!
Te sientes desconectado porque tus conexiones eran falsas. Es más, no había conexiones, y estabas hablando con Dios ¡por teléfono, por una línea directa! Te acabo de hacer consciente de que tu teléfono no está conectado. ¿Con quién estás hablando? Todas tus oraciones se transmiten por un teléfono que no está conectado.
La única manera de conectarse con la existencia es entrar en ti, pues allí en el centro, aún permaneces conectado. Te han desconectado físicamente de tu madre. Esa desconexión era absolutamente necesaria para que te convirtieras en un individuo por derecho propio. Pero no estás desconectado del universo. Tu conexión con el universo está hecha de consciencia. No la ves, por lo que tienes que profundizar en tu interior con gran consciencia, con gran vigilancia, con gran presencia y encontrarás la conexión.
¡El buda es la conexión!
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