viernes, 16 de mayo de 2008

La inteligencia necesita energías desbordantes.

En la catequesis, el profesor hacía preguntas a su clase. Se volvió hacia Jenkins:

—¿Quién derribó las murallas de Jericó?

—Por favor, señor —respondió Jenkins—, no fui yo.

El profesor se enfadó mucho. Fue al director y le dijo:

—Acabo de preguntarle a Jenkins quién derribó las murallas de Jericó y me ha dicho que no fue él. ¿Qué piensa de eso?

—Conozco a la familia Jenkins desde hace muchos años, y si ha dicho que no fue él, es que no fue —respondió el director.

Ahora el profesor se enfadó todavía más. Llamó por teléfono al ministro de Educación y le dijo:

—Le he preguntado a un chico de mi clase quién derribó las murallas de Jericó y me ha dicho que no fue él. Entonces fui al director a quejarme de ese chico. Me dijo que conoce a esa familia desde hace años, y que si el chico dijo que no fue él, es que no fue él. ¿Qué piensa de eso?

El ministro guardó silencio durante un segundo, luego dijo:

—Escuche, estoy harto de quejas de su escuela. ¡Reparen los muros, y si hay más quejas voy a cerrarla definitivamente!

La información no es mala en sí misma: ¡tienes que saber quién derribó las murallas de Jericó! Pero si la información se vuelve tan poderosa en tu mente que sigue y sigue sin parar y no puedes desconectarla, no puedes poner tu mente en un estado de relajación, entonces la mente se cansa, se agota, se aburre, se queda exhausta. En ese estado, ¿cómo vas a poder ser inteligente? Tus energías se han disipado.

La inteligencia necesita energías desbordantes. La inteligencia necesita salud, totalidad.

Un meditador será más inteligente que cualquier otra persona. Y un meditador será capaz de usar su mente tanto objetiva como subjetivamente. Será capaz de moverse por dentro con tanta facilidad como puede hacerlo por fuera. Será más flexible. Es el amo de sí mismo. Puede llevar el coche hacia delante, puede llevar el coche hacia atrás.

Osho-"Inteligencia"

No hay comentarios:

Publicar un comentario